Si las organizaciones cuentan con personal profesionalizado pueden requerir un menor grado de formalización, pero esto depende de las tareas a realizar en cada caso. Podemos decir que a medida que aumenta el grado de profesionalización disminuye la necesidad de formalizar, y nos acercaríamos a un caso de formalización mínima. Por otra parte, los procesos altamente formalizados dejan poco espacio para la generación de nuevas ideas o nuevas formas para organizar el trabajo ya que la participación del personal se ve muy restringida. Al hablar de profesionalización nos estamos refiriendo a la cantidad de profesionales existentes en relación al total de la dotación.
Podemos afirmar que a mayor proporción de profesionales existe un menor grado de formalización y una tendencia a que la estructura presente un aumento en el número de niveles jerárquicos. Cuando la profesionalización aumenta se requiere una mayor coordinación.
Las actividades rutinarias requieren menor cantidad de profesionales, que son habitualmente contratados para ser asignados a áreas más creativas y con menor grado de previsión de la forma en que se tomarán las decisiones y resolverán los problemas que surjan.
La forma en que nacen las organizaciones, la manera en que afrontan contingencias variadas, y desarrollan mitos, tradiciones, creencias y valores, son factores que influyen en su forma de actuar y que conforman una cultura organizacional propia, que tiene una importante influencia en la definición de la estructura.
Podemos afirmar que a mayor proporción de profesionales existe un menor grado de formalización y una tendencia a que la estructura presente un aumento en el número de niveles jerárquicos. Cuando la profesionalización aumenta se requiere una mayor coordinación.
Las actividades rutinarias requieren menor cantidad de profesionales, que son habitualmente contratados para ser asignados a áreas más creativas y con menor grado de previsión de la forma en que se tomarán las decisiones y resolverán los problemas que surjan.
La forma en que nacen las organizaciones, la manera en que afrontan contingencias variadas, y desarrollan mitos, tradiciones, creencias y valores, son factores que influyen en su forma de actuar y que conforman una cultura organizacional propia, que tiene una importante influencia en la definición de la estructura.