La Toma De Decisiones: Las Decisiones Estratégicas.

Herbert A. Simon , en su obra “El Comportamiento Administrativo” (1957), señala que el empresario es quien toma decisiones, selecciona estrategias, promueve la innovación y gestiona la actividad empresarial dentro de un marco de racionalidad limitada y con sustento en el concepto de planificación.

Como afirma Simon, la gestión administrativa requiere, entre otras tareas, la toma de decisiones dentro de un marco de racionalidad. Y tomar decisiones racionales implica contar con información proporcionada por el control sobre lo actuado y también relativa al contexto. En efecto, la racionalidad exige el conocimiento y una anticipación completa de las consecuencias que siguen a cada elección, aunque, como sabemos, en la realidad ese conocimiento será parcial y limitado (por limitaciones de tiempo, información,...).

En consonancia con lo expuesto podemos afirmar que la gestión de la empresa se materializa en la toma de decisiones estratégicas, de largo plazo y cuyo alcance es la totalidad de la empresa, que consiste en seleccionar entre varias alternativas, potencialmente conducentes a unos objetivos, la más adecuada. El empresario tiene como labor fundamental la toma de decisiones y dentro de estas, las decisiones no programadas. Sus decisiones estratégicas de gestión implican decidir si continuar en el camino emprendido, ajustar o eventualmente cambiar el rumbo.

Como vimos, el enfoque estratégico se orienta a definir políticas y cursos generales de acción. Como consecuencia de las decisiones estratégicas deberán generarse programas y presupuestos que los expresen en números y permitan operativizar las políticas.