Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo y el Informe Brundtland

La Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU dio a conocer en 1987, el libro “Nuestro Futuro Común” (nombre del Informe Brundtland) que fue el primer intento de reducir la confrontación entre desarrollo y sostenibilidad tutelada por la doctora noruega Gro Harlem Brundtland. Su principal móvil fue proponer los mecanismos para revertir los problemas ambientales y de desarrollo mundial. Tal documento postuló que la protección del ambiente dejó de ser una preocupación nacional para convertirse en un problema global. También señaló que el desarrollo y el ambiente no son cuestiones separadas. Finalmente, indica que el desarrollo deja de ser un problema único de los países que no lo tenían. Como el deterioro ambiental es consecuencia tanto de la pobreza como de la industrialización, ambos debían tener un nuevo panorama. La relevancia de este informe no sólo reside en el hecho de postular el concepto de desarrollo sostenible (o desarrollo sustentable), definido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones; sino que éste fue incluido a todos los programas de la ONU y sirvió de base, por ejemplo, a la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992.

En la Declaración de Río se indican los derechos y las obligaciones de los países respecto de principios básicos sobre el medio ambiente y el desarrollo. Incluye rubros como: la incertidumbre en el medio científico no implica demora para la adopción de programas de protección del medio ambiente; los países deben aprovechar sus propios recursos; pero sin causar daños al medio ambiente de otros países; la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades en los niveles de vida en todo el mundo son fundamentales para el desarrollo sostenible, y la participación de la mujer es necesaria para lograr el desarrollo sostenible.